#ElPerúQueQueremos

El internet es libre, nació libre y aunque no nos guste así lo será por muchas décadas más, pues esta herramienta ha enseñado a sus discípulos a protegerse.

FREEDOM FOR INTERNET

Carlos Javier León Ugarte - Analista Internacional

Publicado: 2014-07-15


La reunión previa a la cumbre de los G8 que se iniciará esta semana en Francia, para tocar solo el tema de la regulación y control del internet en el mundo, denominado EG8, no solo ha puesto los pelos de punta a los millones de cibernautas que a diario pululamos por el teclado caliente de la información y los conocimientos, sino que además, ha logrado sentar en un solo día y sin desmedro ni aseveraciones, a los dueños de google, facebook, amazon, entre otros grandes magnates de la cibervía.

Pero la pregunta es: Será posible controlar, regular o por decirlo menos, y utilizando los eufemismos del anfitrión de turno Nicolás Sarkozy, es posible que cada navegante pueda adherirse y comprometerse previamente a su chapuzón internaútico a un listado de buen comportamiento o a unos códigos de valores para el buen uso de internet? Sinceramente NO.

Aunque en algunos países como la India se hayan ensayado algunas acciones como la de eliminar al usuario que blasfeme contra las tradiciones culturales o políticas, o en la China se hayan apagado las computadoras en momentos claves cuando se discutía la corrupción de esa nación, o en Gran Bretaña se hayan utilizado las famosas “Súper órdenes judiciales”, para evitar revelar información de algunos acusados en medios de información que alcanzan el face o twiter u otras redes sociales. En general, a excepción de estos casos aislados, que además han sido vulnerados en todo su proceso de implementación, podemos decir que no es posible controlar la información que se difunde en internet.

Si no veamos solo los últimos ejemplos de Egipto y Túnez, que gracias al internet no solo mantuvo informado en tiempo real al globo terráqueo de lo que allí acontecía, sino que además derrocó de manera dulce e histórica a sus sátrapas.

El internet es libre, nació libre y aunque no nos guste así lo será por muchas décadas más, pues esta herramienta ha enseñado a sus discípulos a protegerse, a buscar mecanismos para escurrirse de las regulaciones, y por lo tanto, es imposible de manejarlos.

Esta libertad ha ayudado a los afectados a buscar mecanismos para contrarrestar sus afecciones, por ejemplo la piratería musical ha obligado a los artistas musicales a vender box, con valores agregados y pluses que solo se encuentran adquiriendo una producción en una discotienda, democratizando el mercado para ambos bandos: para los pobres que también desean escuchar buena música, y para los que puedan pagar y darse el lujo de tener a su estrella favorita en la vitrina de su cabecera.

Hay para todos, el teléfono con renta básica para unos y el skype para otros, la televisión cerrada frente al you tube, el olor de la tinta del periódico o los majaderos blogs de moda, al romanticismo de coger un libro desde su pasta hasta bajarse uno desde amazon, o comprar solemne en un carrito en el supermercado, frente a la nada despreciable sensación de comprar en línea desde la comodidad de tu liviana cama.

Para todos los gustos.Sin embargo el debate es más grande, y por supuesto más controversial.

Para los ácratas, anarquistas y desestabilizadores este no parece ser el escenario perfecto, pues denostan de la globalización y de la revolución tecnológica, pero utilizan el internet, que es parte de estas, para comunicarse en su lenguaje, o lo que es peor, para encapsularse en spam y virus antisistema.

Pasa lo mismo con la contraparte, para los defensores del imperialismo y de los poderes draconianos, los todopoderosos mundiales aplauden y financian estos mecanismos, pero reniegan y complotan contra los chat que buscan intereses comunes contra sus propias transnacionales, o las democracias que ellos mismos vulneran.

En el Perú, aún andamos en pañales en internet, recién empezamos a indagar y a darle la importancia debida que representa, por ejemplo, utilizar estos medios para fines electorales, para fines culturales, para fines de protesta, o para conseguir objetivos más grandes como propuestas para el país.

Aunque la presencia de los capos de las grandes corporaciones cibernéticas hayan aceptado la invitación de los 8 países más ricos del mundo para tratar algo que de seguro les puede mover el piso, no significa que vayan a ceder ante las presiones o prepotencias de estas naciones, eso se sabrá o verá en los próximos días.

Por lo tanto ya todo el mundo se va informando de lo que se está tramando con el internet en una sala dorada, entre ocho presidentes que de seguro coordinan y ejecutan órdenes a través de sus laptops. Las protestas, solo será cuestión de horas, los hacker ya apuntan sus mejores armas contra las páginas de Estado.

Todavía existen males comunes que pervierten la mente y expulsan los valores inherentes del ser humano en internet: la pornografía, el voyeurismo, la prostitución, el lenguaje procaz, la chismografía, las apologías a las drogas, al suicidio o a las banalidades, y sobre todo el aislamiento a los conceptos y al fideismo religioso, hacen reflexionar sobre si es necesaria o no la regulación.

Pero al mismo tiempo se contraponen el acceso inmediato a la información, la cultura del conocimiento, la ciencia al alcance de las manos, las grandes luchas sociales y democráticas, y sobre todo, la nada despreciable sintonía de estar conectado con el mundo, algo que nuestro gregarismo innato agradece, cada vez que nos ubicamos frente a nuestro ordenador.

Escrito en el 2011


Escrito por

Carlos Javier León Ugarte

Periodista, melómano y obsesivo lector. Adicto al jazz y un furtivo amante de The Beatles. Lucho por el medio ambiente y amo a Universitario de Deportes.


Publicado en

Trastiendas Internacionales

Análisis internacional de los hechos más importantes del mundo