#ElPerúQueQueremos

Dura lección la que nos ofrece Europa, sobre todo para la institucionalidad y gobernabilidad democrática

EL VIEJO SOCIALISMO EUROPEO QUE NO SE QUIERE IR

Carlos León Ugarte - Analista

Publicado: 2014-07-15


La estrepitosa caída de Europa el año pasado especialmente en los países liderados por socialistas, hizo creer y temer el fin del socialismo en esa región del mundo, en un continente que a fuerza de educación y civilización democrática logró que el viejo lema del socialismo utópico y esperanzador, que no resultó ni en América ni en Asia ni en el África, se ciña a la modernidad y cultura política de los interés europeos, donde si resultó; por lo menos hasta que empezara la crisis.

Luego vino lo que ya todos sabemos, el crac económico y político social que terminó con el romántico socialismo feeling que estaba en los microchips de los europeos, las amplias masas de trabajadores, estudiantes y organizaciones, que por décadas habían sostenido a la social democracia partidaria y cívica, se iba desmoronando en las calles ante el hambre, el déficit, el desempleo y todos esos demonios que siempre rondaron como fantasmas la tesis de la aplicación del marxismo que la derecha siempre academizó.

Así vimos la caída de José Luis Zapatero y compañía en España, el desprestigio de José Sócrates en Portugal y la inercia y pocos reflejos de George Papandreu en Grecia, para poder responder ante una apabullante ola económica que no estaba dispuesta a perdonarle el mal manejo de sus antecesores, inclusive el de ellos mismos, haciendo presumir que ya le llegaba los tiempos nuevos a la soberbia derecha, la misma que siempre estuvo al acecho pacientemente en cada contienda electoral.

Sin embargo la llegada del socialista Víctor Ponta al gobierno rumano, el inminente triunfo de Francoise Hollande en Francia, también de izquierda, la renovación del prestigio de Pedro Passos en Portugal, miembro del partido socialista, y la inconmensurable impopularidad de Rajoy en España, estaría dándonos la abierta lectura que en Europa, el socialismo democrático tiene larga vida todavía a pesar de la crisis que aparentemente ideó sin querer en sus ejecuciones y decisiones pasadas.

Es cierto que el discurso xenófobo ha aumentado en Europa por el nacionalismo enfermizo de algunos partidos con simpatías populares, pero no es suficiente para liderar la política en esa región del mundo.

La Troika y los poderes fácticos de ese continente avalaban y se frotaban las manos con la oportunidad de llegar al poder a través de la sorpresa, pero al parecer, sus opciones o sus candidatos no calaron en el elector, tal vez porque sus discursos recordaron el fascismo y el totalitarismo que tanto daño hizo a estos países en el siglo pasado, o tal vez porque en el inconsciente colectivo de los europeos los causantes de las crisis fueron las personas, y no los partidos ni organizaciones políticas de izquierda que gobernaron los últimos cincuenta años.

Dura lección la que nos ofrece Europa, sobre todo para la institucionalidad y gobernabilidad democrática, algo que por lo menos en esta parte de nuestra región todavía estamos aprendiendo a masticarla y saborearla, tanto los partidos políticos, sus plataformas e idearios políticos, y sobre todo y principalmente, sus propios ciudadanos.

Publicado en el 2012


Escrito por

Carlos Javier León Ugarte

Periodista, melómano y obsesivo lector. Adicto al jazz y un furtivo amante de The Beatles. Lucho por el medio ambiente y amo a Universitario de Deportes.


Publicado en

Trastiendas Internacionales

Análisis internacional de los hechos más importantes del mundo